PERIÓDICO LA TARDE
Hace pocos años se repatriaron de España los restos del controvertido escritor Vargas Vila, quien juró en su momento que nunca más regresaría a Colombia, luego de haber soportado persecuciones políticas por su ideario librepensador. Sus restos se encontraban en Barcelona en donde había sido sepultado por sus hermanos de logia, quienes respetaron sus últimos deseos de ser sepultado desnudo y con un retrato de su madre, en sus manos.
Jorge Valencia Jaramillo consideró que era apenas de justicia, que los restos de ese colombiano que brilló con luz propia en el campo de la letras, descansaran en tierras colombianas. Y lo logró.
Pero existe un colombiano, oriundo de Chaparral que fue general de nuestros ejércitos y presidente de la República, cuyos restos se encuentran en Méjico, esperando que finalmente tanto trámite burocrático permita que sus descendientes le den sepultura en campos de Colombia.
Me refiero al general José María Melo, quien siendo comandante en jefe de los ejércitos de Colombia en el año de 1854, dio un golpe de Estado al presidente José María Obando, toda vez que siendo Obando del partido draconiano, los liberales gólgotas y los conservadores se opusieron a todas las reformas que Obando quiso introducir; entre ellas, la protección a los productos colombianos por medio de gravámenes a los productos extranjeros.
La aceptación que tenía tanto Obando como Melo entre los sectores artesanales, libertos y en general en la gente del común, produjeron reacciones a favor del golpe de Estado de Melo, de manera que muchos libertos de Supía y Marmato marcharon hacia Roldanillo y sae (SIC)tomaron el comando militar. Entre los soldados que se encontraban en Roldanillo estaba Manuel María Victoria, quien llegaría a ser general de la República y se casaría con una hija del mayordomo de la Salina de Consotá. Manuel María se vinculó con el movimiento “melista”, pues conocía a José María Obando y entendía que de alguna manera el presidente Obando había consentido con Melo en que le diera golpe de Estado para que cerrara el Congreso y pudiera expedir las leyes necesarias para proteger a los artesanos y bloquear el librecambio que pretendían impulsar los liberales gólgotas y el conservatismo.
Este es uno de esos pasajes de nuestra historia que bien vale la pena revisar porque la imagen que se ha construido del presidente Melo lo muestran como un hombre sin mucha formación académica y sobre todo con un carácter rudo y de grandes ambiciones personales.
Pienso que por el contrario, Melo tuvo una sólida formación militar en Alemania y como librepensador buscó siempre instaurar un régimen político fundado en los principios masónicos, que lo acercaron a José María Obando, a Manuel María Victoria y todo ello lo llevó precisamente a luchar al lado de Benito Júarez, su hermano de logia en Méjico. Dio su vida luchando al lado de la causa de Juárez en el año de 1860, fecha desde la cual se encuentra su cuerpo exiliado. Esperamos que sus descendientes logren reivindicar su nombre y traer sus restos a Colombia.