30 oct 2013

29 oct 2013





EL COBRADOR

Viene a cobrarme no sé qué.
Lo hago pasar a la sala.
Le muestro mis papeles.
Se hallan en orden.
Pero él insiste y amenaza y reclama.
Sólo saldrá de aquí cuando me muera.

Mientras tanto seguirá furibundo,
echándome la culpa del desastre mundial,
la contaminación, el desempleo, la miseria, 
el fracaso del socialismo real, el capitalismo salvaje,
la deuda externa, el efecto de invernadero,
la droga, la violencia, el esmog, el nuevo racismo,
el cáncer, el sida, o la promiscuidad o la explosión demográfica
o cualquier otra cosa,
con el objeto de: cobrarme su pena de estar vivo.

José Emilio Pacheco, Los días que no se nombran, 2011


25 oct 2013

Reflexiones de un poeta ante el asesinato de los curas de Roldanillo.

Esta carta fue publicada  el 01 de octubre en el Blog "Territorios ciertos" y reproducida en el sitio Roldanillo al día.. A nuestro parecer  no tuvo suficiente difusión y análisis  en  Roldanillo,  y por eso se  reproduce  ahora en en este Blog.


-Carta Abierta  a la comunidad de  Roldanillo.


Roldanillo acaba de vivir quizás la tragedia más desgarradora de los últimos 20 años.  Fueron asesinados sin piedad con arma blanca el párroco de la iglesia principal de Roldanillo, Luis Bernardo Echeverry y su asistente el recién ordenado padre Héctor Fabio Cabrera. Como en los funerales de Omar Rayo hace tres años, el pueblo entero se unió para expresar su dolor, su condolencia y su agradecimiento por la labor de personas que dedicaron sus vidas a este municipio antiguo y bello, moderno y progresista. Los roldanillenses hicieron evidentes su indignación y su rechazo del acto atroz que segó las vidas de los sacerdotes. Al darse cuenta del asesinato, les exigieron y siguen exigiendo con toda la razón, una reacción más eficaz de las autoridades. 

Se guardaron tres días de duelo durante los que se llevaron a cabo todos los rituales tradicionales y personales de casi todos nosotros católicos, cristianos, mormones, ateos, agnósticos y otros. Los negocios cerraron y se colgaron banderas, moños y banderines morados y blancos en las ventanas. Las banderas de las instituciones ondearon a media asta, las personas se vistieron de blanco y negro  y sus rostros mostraban las huellas de las lágrimas y el desvelo.  Acudieron arzobispos, obispos y prelados de toda la región y autoridades de toda Colombia para acompañar a Roldanillo en su dolor.  Cuando murió mi esposo hace tres años, sentí lo que creo que sintieron las familias de los dos padres, una ola de simpatía y de comprensión que emanaba de todas las miles de personas que  las acompañaron en los tres días de luto. Esta reacción proviene del corazón mismo de esta pequeña ciudad que es un microcosmos de nuestro país tan complejo y contradictorio, tan único y tan parecido a otros en este hemisferio. Aquí conviven los problemas y dilemas de la modernidad, antiguos conflictos arraigados en estructuras de poder imperfectos con constantes esfuerzos individuales y colectivos por superarlos y curar las heridas sociales. Tanto en Colombia como en Roldanillo, hay unas reservas de recursos humanos--talentos, inteligencias, creatividades, una imaginación sin límites que contrarrestan constantemente lo que se pueden llamar las fuerzas del mal. 

Quiero en este momento dirigirme a todas las personas cercanas que me han expresado un sentimiento de pena o de vergüenza porque esta atrocidad ocurrió en Roldanillo y una preocupación por la imagen del municipio en los medios. Roldanillo es Colombia, como también lo son Aracataca,  Bogotá, Cali, Barrancabermeja, Bolombolo.  Cada uno de estos sitios vive las violencias y tragedias que viven los otros lugares de esta tierra.  Roldanillo tiene mayor visibilidad debido más a su imagen de centro cultural, cuna de artistas y poetas que a los conflictos endémicos del Norte del Valle. Por consiguiente y por contraste, un hecho terrible como el que acaba de ocurrir, parece aún más horrorífico, amenazando con borrar todo lo que se ha construído desde la inauguración del Museo Rayo en 1981. A mis amigos les puedo decir, por qué he elegido vivir aquí y hacerme cargo del legado de Omar Rayo a conciencia de los peligros, las amenazas, las dificultades, los obstáculos que enfrentó también Omar Rayo, que no se puede borrar lo construido como sí se borra lo destruido. Vivo aquí en un paisaje único de una hermosura luminosa y deslumbrante, de vegetación alucinante, flores y árboles cuyos nombres enriquecen el idioma, entre personas apasionadas y apasionantes que transforman la lengua de mi padre en un nuevo mundo de consonancias. Amo esta ciudad pero no la amo ciegamente. Me duele lo ocurrido, el olor a sangre y odio, pero, como soy poeta, tengo fe en la vida y en los seres humanos.

Se dice (porque aquí ocurre como en Crónica de una muerte anunciada de García Márquez, que los vecinos saben más que las autoridades y se transmiten las últimas noticias de manera telepática de comadre en comadre, de compadre en compadre), que los asesinos eran jóvenes. Llora una porque cree que jugó con este o el otro cuando eran niños.  Se habla de la pérdida de valores, de que las cosas han cambiado para mal, así como hablaba Sócrates en los diálogos de Platón de las juventudes atenienses.   Se sabe que el motivo fue el robo, que fueron dos los agresores. Se cree que eran drogadictos. No se habla de carteles, de Bacrim ni de guerillas ni de paras, se habla de un crimen personal por un motivo tan antiguo como la civilización. Me consta que para aquellos dos jóvenes inmisericordes que ahora están tan destruidos en vida  como lo están sus víctimas muertos hay otros muchos que son artistas, músicos, bailarines, escritores, poetas. Son rebeldes o conformes, tatuados o limpios, contestatarios o líricos, inteligentes, sensibles. Jóvenes que esperan, que se transforman, que interrogan, que cuestionan, que buscan. Los vemos en los talleres, las exposiciones, las funciones de teatro del Museo.  Están aquí, en Roldanillo, variopintos y entrañables con sus peinados ultramodernos y alternativos. Son el futuro y la esperanza de todos nosotros. Lo son también las pequeñas bailarinas de nuestros talleres de ballet que nos proporciona Incolballet.  Aparecen en trusas y tutús los viernes y los sábados soñando con el lago de los cisnes.  Las mayores son elevadas  en brazos de unos jóvenes de municipios aledaños que se sumaron a esta propuesta nuestra. Jóvenes vitales como alguna vez lo fueron los dos asesinos.

Quiero también hablar de los dos padres que murieron y que son héroes para la mayoría de los roldanillenses como lo es también el legendario Omar Rayo.  El padre Echeverry volvió a Roldanillo, donde fue por primera vez párroco en los años 70s, porque quería que la última parroquia que pastoreara antes de su jubilación fuera esta ciudad donde quería vivir después de ella.  El entonces joven párroco participó en las  actividades pro construcción Museo Rayo y nos ayudó desde su púlpito.  Es recordado por los trabajadores en la construcción de nuestra institución como un ser sencillo y amable que conversaba con ellos. Quizás se inspiró en nosotros para construir las capillas que dejó en cada uno de los municipios donde ejerció su sacerdocio.  Algunas de las platas para una nueva capilla aquí en Roldanillo pueden haber sido el blanco de los ladrones. Yo lo recuerdo en los banquetes pro museo.  Era muy admirado por las Señoras Voluntarias  quienes frecuentemente lo invitaban a almuerzos y otras reuniones donde el gozaba de la comida y la bebida y conversaba sobre este mundo y el otro.  Uno de sus últimos actos en pro de nuestro Museo fue la compra de un bono de 500.000 pesos para nuestra campaña pro Sala de Lectura Infantil hace un par de semanas.  El Padre Cabrera, me pidió una vez un almanaque con obras de Rayo para decorar alguno de sus proyectos.  Me arrepiento de no habérselo regalado ya que cuando murió tenía sólo 27 años y  demostró muchas veces que le interesaba el arte y nuestro Museo .

 Como soy de otra parte del mundo donde he visto de lejos y de cerca atrocidades y magnicidios terribles y como he decidido quedarme aquí luchando por la causa del arte en el Museo Rayo, puedo asegurarles a mis amigos, quienes por buenos y conscientes están avergonzados por su ciudad, que ellos mismos son la prueba de que Roldanillo no es el asesino.  La vida crece y da sus heliconias y sus samanes bajo los que seguimos amando y soñando.


AGUEDA PIZARRO RAYO
Directora
Museo Rayo

Roldanillo




Tomado de :

6 oct 2013

¿ Qué hay para leer en Roldanillo ?

A Roldanillo llegan semanalmente los periódicos  EL ESPECTADOR, de Bogotá y EL PUEBLO, de Cali,  las  revistas  SEMANA y  EL MALPENSANTE.  El revistero del almacén Mundo Elegante está ubicado en la Calle Caliente, en el  tradicional almacén de  doña Ana de Parra


Rolda

1 oct 2013

¿Por qué mataron a sacerdotes vallunos?


JUDICIALTodo apunta a que los dos curas fueron apuñalados por robarles dos celulares, una tableta y un portátil.

Ni la justicia divina podrá encontrar explicación sensata para entender por qué dos delincuentes que iban tras un botín que no supera los tres millones de pesos, optaron por asesinar a dos sacerdotes.
 
Ese es el enigma que intentan resolver los investigadores de la policía Valle que arman el rompecabezas judicial para dar con los autores del crimen de los religiosos Bernardo Echeverry Chavarriaga y Héctor Fabio Cabrera Morales.

El doble homicidio que conmocionó a la comunidad católica del país, ocurrió el pasado viernes 27 de septiembre a las 11:00 p. m., al interior de la casa cural de la parroquia San Sebastián de Roldanillo. La alarma surgió esa misma noche porque vecinos del sector vieron a dos hombres que salieron corriendo de la vivienda de los sacerdotes y de inmediato llamaron a la policía.
 
Roldanillo es un pequeño municipio que no supera los 50.000 habitantes y se hizo célebre por el museo del maestro Ómar Rayo y porque hace unos años fue epicentro de la guerra a muerte entre los capos Diego Montoya, alias ´Don Diego´ y Wílber Varela, alias ´Jabón´, jefes del temido cartel del norte del Valle.
 
De ahí que en un comienzo se llegó a pensar que tal vez los sacerdotes fueron asesinados por sus posturas en contra de la nueva guerra que padece la región, donde bandas criminales como Rastrojos y Urabeños, se pelean el control territorial. “Aunque el padre Echeverry no tenía pelos en la lengua, la verdad es que no se sabía de amenazas”, explicó un cura amigo que prefirió omitir su nombre.
 
Sin embargo, todo parece indicar que la muerte de los dos religiosos está ligada a un hecho más absurdo: fueron apuñalados hasta la saciedad, porque advirtieron a dos ladrones que intentaban hurtar varios elementos de la casa cural.
 
Y aunque al principio se dijo que el objetivo de los delincuentes era la bolsa con la limosna, la investigación permitió establecer que lo único que se llevaron los criminales fueron dos celulares, una tableta y un portátil; es decir, un botín que no supera los tres millones de pesos, una cifra absurda para el daño irremediable que causaron.
 
Fuentes cercanas a la investigación explicaron que los homicidas ingresaron por el techo de la casa cural; y una vez adentro fueron sorprendidos por uno de los sacerdotes (el padre Echeverry) que se encontraba leyendo en la sala; mientras que el otro cura, (Cabrera) estaba en su habitación.
 
Los dos religiosos recibieron múltiples puñaladas en el tronco y cuello. Se estima que cada uno recibió al menos cinco cortadas y se cree que usaron los mismos cuchillos de cocina de la casa cural.
 
De acuerdo con los investigadores, las dos escenas del crimen muestran que hubo forcejeó y es probable que uno de los atacantes también esté herido, “esa duda la estamos despejando en el laboratorio de genética forense de la Dijín en Bogotá, donde pretendemos establecer si la sangre y huellas dejadas en la escena del crimen, pertenece a uno de los homicidas”, dijo la fuente oficial.
 
Otra tesis que manejan los investigadores, es que la razón por la que los religiosos fueron asesinados, “es porque muy seguramente los delincuentes eran conocidos suyos y al verse descubiertos, optaron por matarlos”, dijo la fuente.
 
Por su parte, el coronel Mariano Botero, comandante de la policía en el Valle, insistió en la recompensa de 35 millones de pesos para quien suministre información que permita dar con el paradero de los asesinos.
 
Mientras que el arzobispo de Cali, monseñor Darío Monsalve, catalogó el doble crimen como “un sacrilegio gravísimo y un duro golpe al alma de la gente creyente y católica”. Lo propio hizo la conferencia Episcopal de Colombia, que mediante un comunicado público exigió una “investigación rigurosa”.
 
La verdad es que la comunidad religiosa del país y en especial la católica, ha sufrido duros golpes. Según estadísticas que maneja el episcopado, entre 1984 y 2011 han sido asesinados 2 obispos, 79 sacerdotes, 8 religiosas y 3 seminaristas.
 
Lo más grave, es que lentamente las parroquias se convirtieron en un nuevo atractivo para los delincuentes; un problema que si no se resuelve, seguirá matando sacerdotes..."  


 Tomado de Revista SEMANA

 http://www.semana.com/nacion/articulo/muerte-sacerdotes-echeverry-cabrera-roldanillo/359565-3