21 ago 2009

VIVE TU CUENTO, ! ESCRÍBELO ¡

Vive tu cuento, escríbelo! 2009
Abierta la recepción de cuentos hasta el 13 de noviembre. Esta vez participarán colombianos en el exterior.
Ampliando su convocatoria a estudiantes residentes en el exterior y a profesores de todo el país, la Biblioteca Departamental del valle del Cauca, abre la segunda versión de su concurso ¡VIVE TU CUENTO…ESCRÍBELO!. Es propósito del mismo, fortalecer el desarrollo de la creatividad de la comunidad educativa a través de los procesos de lectura y escritura y podrán participar alumnos, maestros y directivos docentes de todas las instituciones educativas oficiales y privadas. La convocatoria VIVE TU CUENTO, ESCRÍBELO 2009 tendrá doce categorías, una por cada año lectivo (de 1 a 11) y otra para los profesores de pre-escolar, básica y media. Los estudiantes, profesores y directivos docentes a participar deberán acreditar su vinculación a la institución al momento de hacer la inscripción.Asi mismo, los estudiantes colombianos residentes en el exterior deberán tener en cuenta los grados de escolaridad de acuerdo con las 11 categorías establecidas o la homologación correspondiente al sistema académico de la Nación donde se encuentran radicados.La temática de los cuentos es libre y no podrán participar obras publicadas o premiadas en concursos diferentes a los internos en escuelas y colegios, Los cuentos serán recibidos en la Biblioteca Departamental del Valle, Calle 5 # 24 A 91, entre el 10 de agosto y el 13 de noviembre de 2009. Mayor información en la Biblioteca Departamental, en las líneas 620 04 33 – 311 770 69 30 y en el e-mail vivetucuento@bibliovalle.gov.co

12 ago 2009

VUELVE EL CINE A ROLDANILLO


CINE QUIMERA presenta el jueves 13 de agosto en la Biblioteca del INTEP :


EL FUEGO FATUO, Luis Malle, Francia, 1963

Por :Carlos Bonfil, periódico La Jornada, México.
El fuego fatuo, cinta que por momentos parece rendir tributo al cine negro, es en realidad un relato intimista, introspectivo, donde no sucede gran cosa y cuyas primeras escenas revelan la totalidad de la trama, dando a conocer no sólo la identidad de la víctima y el victimario (una misma persona), sino la fecha del acto suicida, un 23 de julio inscrito sobre un espejo. El resto de la película es el largo deambular de Alain Leroy por diversos barrios de París, con su última visita a amigos y amoríos, lo que incluye algunas discusiones cargadas de escepticismo y amargura, que revelan lo que interesa enfatizar al realizador: la incapacidad de amar del protagonista, su narcisismo de antiguo seductor venido a menos, de hombre carente de ilusiones e incapaz de comprometerse con alguna causa –un hombre vacío que lleva marcado en el rostro el signo de una derrota y también el de una muerte prematura e inminente. Una amiga suya (Jeanne Moreau) concluye al verlo: “tienes ya el rostro de un cadáver”. Un hombre con los días por él contados, que ha elegido para sí la libertad mayor de decidir cuándo poner fin a su vida, y que confrontado a antiguos camaradas suyos, militantes de extrema derecha, se burla de sus desesperadas actividades terroristas, concluida ya sin honor la guerra de Argelia, antes de decidir que el mundo para un hombre envejecido a los 30 años es un lugar lleno de miserias, y darse un tiro.
Maurice Ronet ofrece aquí su actuación mejor calibrada. Es él quien domina todo el relato, con su encanto turbio y sus arranques de cólera, seductor y misántropo: el erotómano “cubierto de mujeres”, que padece frustración profesional e impotencia (“bebo mucho porque hago mal el amor”), alter ego de un Louis Malle presa también en esos años de inquietudes existenciales. Las tomas nocturnas de París son memorables (fotografía de Ghislain Cloquet, con un toque de Brassaï), y la caracterización de Ronet, una muestra impecable de profesionalismo, pues el director le hizo perder 20 kilos para lograr el semblante demacrado que fascina y preocupa a quienes le rodean. Un muerto en vida en medio la vida trepidante de la bohemia parisiense, como la bella joven casi sonámbula que espera en las calles un veredicto fatal en Cléo de 5 a 7, de Agnès Varda. La última frase de Drieu en su novela El fuego fatuo es también la misma del Louis Malle guionista, confesión de un colapso existencial y afectivo. “Muero porque no me han amado, porque no los he amado”.




Lugar : Sala de lectura hora. 7 p. m.

Entrada libre