Hace 50 años los autores de La Violencia en Colombia demostraron que el conflicto tiene
unas raíces más complejas de lo que muchos creen, que los bandoleros no eran la chusma que el gobierno decía, sino campesinos llevados al extremo por la violencia de quienes, se suponía, debían protegerlos y guiarlos, que las instituciones, todas ellas, tienen responsabilidad en este drama que no cesa y que el horror y la sevicia estaba a la vuelta de la esquina. Al conocer el libro el entonces columnista de El Espectador Fabio Lozano Simonelli sintetizó en pocas palabras la magnitud de esta obra: “El libro no parte de una división entre buenos y malos. En este libro hay un acusado: la sociedad colombiana”. Ni los ciudadanos, ni los políticos, la Iglesia, las instituciones, los empresarios, las Fuerzas Armadas, nadie asume su responsabilidad. Y la violencia continúa.
La paz que no fue
El 13 de junio de 1953 se inició la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla y algunos sectores de la sociedad creyeron que el militar acabaría con la violencia que se apoderó del país desde antes del magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948. Con la consigna de la paz, el uniformado pactó con las guerrillas del Llano el fin de las hostilidades y su reinserción a la sociedad. Fue así que miles de insurgentes le entregaron sus armas al gobierno. Sin embargo, la violencia no cesó, fuerzas del régimen y sicarios del conservatismo, mejor conocidos como ‘pájaros’, victimizaron a los desmovilizados, muchos de los cuales regresaron al campo de batalla. Por su parte, algunos de los jefes de las guerrillas terminaron cercados por el gobierno, como Guadalupe Salcedo y Dumas Aljure.
Un hito de la sociología
En 1959, al regresar de la Universidad de Lovaina (Bélgica), el cura Camilo Torres junto con otros intelectuales, entre ellos Orlando Fals Borda (foto) y Eduardo Umaña, fundaron la carrera de Sociología, la primera en América Latina. Desde allí impusieron la Acción Participativa, una forma de investigación que revolucionó el quehacer sociológico del continente. ‘La violencia en Colombia’ fue una de las primeras publicaciones de este departamento y el precedente para otras importantes obras sociológicas, como la ‘Historia doble de la Costa’, del mismo Orlando Fals Borda.
La carta a Fidel Castro
Dos años después del triunfo de la Revolución Cubana y cuando el régimen castrista empezaba su giro hacia el marxismo, guerrilleros del Llano le escribieron a Fidel Castro para pedirle que recibiera e instruyera a dos de sus combatientes con el fin de apoyar su revolución para “una Colombia libre del imperialismo y de los yanquis”. Después aparecerían las guerrillas que hoy subsisten, en 1964 las Farc en el sur del Tolima y al año siguiente el Eln en las montañas de Santander.
La violencia en Colombia... dos volúmenes necesarios en cualquier biblioteca. Para así conocer una realidad que solo ha cambiado de actores, pero repitiendo el mismo libreto hasta la saciedad de la sangre
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